martes, 29 de julio de 2008

Basado En Una Historia Real

Hace rato me acordé de que cuando estaba chico teníamos un gato que se llamaba Merengue.

Merengue fue un gato bien bonito, blanco, de esos de angora, con la carita ennegrecida al igual que las patitas y los ojos azules, de mirada pensativa y maneras elegantes.


La verdad lo anterior es falso, ni me acuerdo de merengue, solo que he visto fotos de gatos así y me gusta imaginar que Merengue era así.

El punto de la historia es que el gato tenía pulgas por andar rondando todo el día en la calle con otros gatos que tenían pulgas por andar rondando todo el día en la calle con otros gatos que tenían pulgas por... bueno, entienden no?

Entonces mi madre desesperada por quitarle las pulgas y obviando el procedimiento más lógico de ir a la tienda a comprar un jabón anti-pulgas para bañar al gato, se le hizo más fácil tomar la bomba para rociar el insecticida y dar un buen baño al gato con ella.


Creo que sobra mencionar el hecho de que el gato no vio el siguiente amanecer.



Y desde entonces no solo perdí a mi gato, sino también a mi madre....





Tomé la bomba de insecticida y también la rocié.

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