lunes, 5 de enero de 2009

Panacea

Hoy que fui al centro a comprar unos ingredientes (que por cierto no encontré) para hacer una rosca de reyes casera me tocó ver una escena muy curiosa.

Estaba inmerso en el clásico y aburrido desfile de tiendas donde no venden lo que necesitas hasta que un largo y enrulado cabello llamó mi atención. En ese momento algo hizo click en mi cerebro y me di cuenta de que era una compañera de la facultad que siempre me ha parecido atractiva, parada y en aparente plática mercantil con una vendedora de globos hasta que otro individuo entró a cuadro interrumpiendo la venta para alegarle a la globera que era una zona donde estaba prohibido el ambulantaje y que no sé qué y no sé cuantos.

La vendedora primero alegó que ella no sabía -lo cual no considero que sea totalmente cierto- a lo que el inspector continuó con la alegata de la prohibición y de que se había dado aviso. Después la señora mintió diciendo que no estaba vendiendo, a lo que su interlocutor le respondió con lo mismo. Finalmente la señora cedió y dijo "bueno, bueno, ya me voy" pero ahora el inspector le respondió que le ibanm a tener que confiscar el "material" y que se tenía que esperar.


No me quedé a ver el final porque tenía que conseguir los ingredientes, pero creo que el gobierno está haciendo lo correcto en lo que a materia de combate a la pobreza y manejo al ambulantaje se refiere: La manera de solucionar el problema de los pobres y los vendedores ambulantes es matarlos de hambre o hacer que se conviertan en delincuentes para encarcelarlos, y así tendremos un pais como el que soñaba el alclade de los supermachos.