Y así se dejó caer la lluvia, sumergiendo a todo en el año nuevo y lavando del pavimento los restos del viejo.
El reencuentro entre mis padres. La primera cena que compartimos solos -los 3- desde que tengo memoria. Nada complicado, solamente pizza y soda, pero sabe a lo mejor que he probado en estas fechas.
Se intuyen tiempos difíciles, a pesar de eso, el optimismo es lo que flota en el aire mientras estamos sentados en el sombrío comedor iluminado tenuemente por el foco que cuelga de nuestras cabeza. No importa, soy feliz.
¿12 uvas? mero simbolismo, no creo en los propósitos. Creo en el hoy, en el mañana, no en esperar a otro día.
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Al parecer una guerra se debate entre las calles vecinas a la mía. Explosiones que me gusta imaginar de balas irrumpen en la ya de por si cargada atmósfera que reboza de música, gritos y risas. No me importa, soy feliz.
Lo único que espero de este año es poder conquistar entre sueños a esa modelo del afiche de la tienda de Levi's que me cautivó desde que posé mis ojos sobre su jovial inocencia, libre en apariencia de los vicios que el estereotipo hace concurrir en los de su profesión.
Lo demás no me importa, estoy feliz.
Buen Año 2009!
miércoles, 31 de diciembre de 2008
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1 comentario:
igualemente chico emo :)
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